15 de febrero de 1898:
Primera página de The World (Nueva York) del 16 de febrero de 1898. |
En La Habana (Cuba) una explosión voló el acorazado de la
marina norteamericana USS Maine (ACR-1), lanzando por el aire cuerpos y partes
de la estructura, y hundiéndose a rápidamente. El número total de víctimas fue
de 266 marineros y tripulantes. Sin embargo, tanto el capitán, Charles Dwight
Sigsbee, como los oficiales que dormían en el castillo de popa, sobrevivieron a
la explosión .
El hundimiento del acorazado Maine fue el principal
detonante de la Guerra Hispano-Norteamericana. El suceso fue ampliamente
difundido y tergiversado por diversos medios de comunicación estadounidenses,
como parte de la Propaganda en la Guerra Hispano-Estadounidense, para
justificar la intervención y posterior anexión estadounidense de Cuba y una
serie de colonias españolas repartidas por todo el mundo.
De este incidente se especularon dos teorías, aún no
resueltas: La primera teoría es que trató de una explosión provocada, bien por
patriotas cubanos pro-españoles, marinos españoles, insurgentes cubanos o
marinos estadounidenses interesados en provocar el desencadenamiento de la
guerra mediante una operación de bandera falsa, se habrían acercado al buque en
la oscuridad y adosaron una mina a la proa del Maine.
La segunda teoría es que la detonación se produjo
accidentalmente en los pañoles de munición, por una explosión espontánea de
polvo de carbón de una carbonera imprudentemente localizada en la nave.
Con la subsecuente Guerra Hispano-Estadounidense (1898),
España perdiò sus últimas colonias (Cuba, Puerto Rico, las Filipinas, las Islas
Marianas del Norte y Guam).
El Acorazado Norteamericano Maine después de la explosión. |