10 de febrero de 1949:
Se estrena en el teatro Morosco de Nueva York la obra
teatral Muerte de un Vendedor (o Muerte de un Viajante) del dramaturgo y
escritor Arthur Miller, dirigida por Elia Kazan.La producción original tuvo
tanto éxito que tuvo lugar a 742 presentaciones en los Estados Unidos.
Esta obra se hizo famosa por ser un ataque al sueño
americano de progresar en la vida sin considerar los principios éticos. El
protagonista es Willy Loman, viajante de profesión, de 63 años; un trabajador
infatigable que siente que debería retirarse y vivir una bien merecida vida
tranquila, rodeado de su familia y sus amigos.
Sin embargo, poca gente lo recuerda ni tiene buenas palabras
para él. Tras una discusión con su jefe, es despedido y necesita pedirle ayuda
a su vecino, situación que constantemente le recuerda su desdicha.
Debido a un desliz con una mujer, el protagonista ve
acentuada sus penurias al tener que mantener una serie de mentiras con su
esposa. Esto provoca resentimiento por parte de su hijo Biff. Intenta aprender
de sus errores, inculcando a sus hijos el espíritu de superación que cree que
los sacará de la mediocridad, pero la falta de visión realista acaba por
demostrar la falacia del sueño, acelerando la caída.
La única solución parece ser cobrar el seguro, a costa de su
muerte. Esto debería dejar suficiente dinero a sus hijos como para empezar con
una base sólida y progresar.
Sólo su familia asiste al funeral, donde su hijo Happy se
empecina en seguir el sueño allá donde su padre lo dejó, mientras Biff decide
que el sueño es equivocado y no merece la pena gastar más esfuerzo.Como
vendedor, Loman no fabrica nada, pero los frutos de su trabajo son sueños y
esperanzas.
Esta obra recibió el premio Pulitzer en 1949, además del
premio Tony y el premio de la crítica en Nueva York.
Escena de una de las presentaciones de la obra de 1949. |
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